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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

miércoles, 25 de abril de 2018

Efluvios cerebrales



- El ser humano es una máquina perfectamente diseñada para amar. Cualquier otra utilidad que se le dé es infrautilizarlo. 

- Amar no consiste en tomar un objeto y arrojar sobre él emociones positivas. Amar es un corolario, una consecuencia, un bien colateral. Como el humo al fuego es amar al ser. Así mismo, perdonar no es algo que requiera de un esfuerzo. De hecho, si lo requiere entonces seguro que no es perdón. El perdón es el primer bostezo del que acaba de despertarse.  

- La pandemia que más formas de vida ha segado y empobrecido en los últimos millones de años es pensar que se es lo que se piensa. Afecta al 99% de los humanos, se contagia por opinión a través de las palabras, es más adictivo que el placer y más difícil de dejar que respirar. Los que se libran de esta droga hablan poco, precisamente porque hablar demasiado entrañaría riesgo de volverse a enganchar. Sé que no me entiendes pero no me preguntes más. 

- La diferencia que hay entre lo que una cosa es y lo que decimos que es es la misma que entre un lugar y su mapa o una botella y su contenido. Las palabras nos permiten desplegar las alas, pero sólo en el silencio se puede volar. 

- Nada de lo que pueda ser calificado de interesante me interesa.

- Lo que dices de mí es a mí como es al océano la espuma que deja una pequeña ola en la playa de tu pueblo.

- ¿De qué crees que están hechos tus sólidos huesos más que de aire respirado?

-10 de enero de 2017-

lunes, 23 de abril de 2018

Árboles de Anantapur


Los árboles de Anantapur deberían ser venerados como héroes naturales, sus hojas consideradas reliquias y sus raíces adoradas en altares. Son plantas que no conocen la lluvia. Beben áspera y dura sequedad y mastican calor-martillo durante toda su misérrima vida.

Sin embargo, estos dalits vegetales aceptan su humilde condición y, como impagados artistas callejeros de casta de subsuelo, convierten arena y plástico en corolas esmeralda para inspirar coquetos disfraces a los saltamontes hoja. 

Tan yermo es el paisaje en el que viven que entristecería a la propia tristeza. Se riegan con las lágrimas que provoca la pena de tanta sequía, y el sol sólo les perdona con algún pestañeo al que le obligan las pocas nubes sueltas que naufragan avergonzadas de su inutilidad en la aspereza de una tierra castigada con no poder llorar sobre sí misma. 

Querido Vicente, que perfilaste mi dharma y el de muchos otros, y que tantos pozos cavaste buscando lo que de arriba no venía, acuérdate, ahora que eres viento suave, de soplarnos un par de nubes de verdad que nos lloren tu ausencia y que le cuenten a estos árboles de casta baja que no pueden medrar que su vida en otra vida podría ser de loto o nenúfar o sauce o ciprés o flora de manglar lejos de este secarral. 

-3 de abril de 2015-

lunes, 2 de abril de 2018

Zumo de ti y otras hierbas


- Si aprietas una naranja sale zumo de naranja porque es zumo de naranja lo que tiene dentro. ¿Qué sale cuanto te aprietan a ti?, ¿qué sale cuando la vida te exprime un poco? A estas alturas ya deberías tener claro que la vida te va apretar. La cuestión no está, pues, en si te aprieta o no -porque te apretará- sino en estar pendiente de lo que crías dentro, porque eso es lo que saldrá. 

- Desde que no tengo ningún objetivo no hago más que conseguir cosas. Los objetivos sólo suelen servir para conseguir lo que uno se propone, y lo que uno se propone es sólo una ínfima parte de lo que puede conseguir. Alineándose con la vida, sin objetivo alguno, se consiguen siempre muchas más cosas. Pero esto debe quedar como un secreto entre tú y tú; que no se entere tu mente...

- Lo incalificable, eso me interesa, pero no porque sea interesante, sino precisamente porque no puede serlo. ¡Bah, palabras, qué torpes sois!

- Luchar por la paz con cualquier tipo de violencia es como gritar por el silencio. El silencio que se consiga gritando estará sucio y no tardará en hacer ruido. Luchar por el silencio es callar. Hacerlo por la paz es ser pacífico. Todo lo demás es usar un fuelle para apagar una hoguera. 

- La misma diferencia hay entre una rosa real y una de plástico que entre la vida y la interpretación que hacemos de ella. La mente es una fábrica de rosas de plástico

- ¿Existe Dios? -gritó el hombre. ¿Y qué es el agua? -preguntó el pez.  

Escrito el 23 de febrero de 2017.