El universo es el bostezo de un gerundio eterno que se está desperezando. No hay estructuras, sólo eventos. La gente no es gente, son cosas que están pasando.
Es perfecto, ya que es exactamente igual a sí mismo. Cualquier consideración -incluyendo la idea misma de igualdad- no existe porque sólo existe lo que nunca deja de existir, así que este mundo de formas transitorias y polares es irreal, es sólo una ilusión.
Una flor no es una flor, es el viento, el agua, la tierra y un guiño del Big Bang posándose entre dos neuronas fingiendo ser una flor.
Nada descriptible existe porque todo lo descrito es discreto y la separación es la destrucción del todo, que por ser todo no puede dejar de ser ni ser destruido, ya que si pudiera serlo no sería.
Sólo hay verbo silencioso hablándose a sí mismo en un verso. Lo otro ni siquiera es ruido, es sueño.
La verdadera esencia del universo no es que exista, sino la consciencia de que existe.
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