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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

jueves, 20 de julio de 2017

No hay opción


Expandirse es extenderse o dilatarse, es decir, pasar a ocupar más o ser más grande cualquiera que sea el objeto que se esté considerando. Tomando como ejemplo el universo -por tomar algo, y porque no podría no tomar ese algo, ya que no hay nada que no sea universo, de la misma manera que no hay trozo de pastel que no sea pastel- resulta entonces que cada segundo que pasa hay más tiempo, cada paso que se da hay más espacio y cada decisión que se toma da lugar a más opciones. Por eso cuando más se sabe más queda por saber, y cuando más seguro se está de saber algo más lejos se está de saberlo verdaderamente.  

Concretando: que es imposible concretar. El fenómeno es, además, omnidireccional: buscando la explicación “a lo grande” el vuelo los lleva a planear sobre otros planetas, otras galaxias, agujeros negros, universos paralelos… ¡Vaya, buscando la explicación a uno nos encontramos con que encima puede haber más!, es decir, que cuanto más abrimos la mano, menos abarcamos. Y lo mismo ocurre cuando la apretamos, porque pidiéndole explicaciones “a lo pequeño”, las respuestas son también cada vez más pequeñas y las dudas mayores y más numerosas, ya que ahí dentro, en la materia misma, nos caemos en el pozo del principio de incertidumbre, en la superposición de estados y en la función estadística del ser. ¿Dónde sueña entonces la verdad?

En el espacio abierto de nuestro entendimiento el universo bosteza la radiación de fondo de microondas y nuestro alma escucha “Om”; y en los ladrillos de nuestra comprensión, en el interior de lo tangible, ronronea el gato de Schrödinger y nuestro cerebro se ahoga porque deja de poder respirar disyuntivas.

No hay opción. ¿A qué se puede llamar optar cuando todo es uno? La única salida -por así llamarla, ya que tampoco hay salidas que no sean al mismo tiempo entradas- es encomendarse a desembocar. El salmón no cambia el curso del río, ni las dicotomías explican nada. “Bien” y “mal” son sólo instrumentos para caminar. La realidad no son los pies, es el pisar.

-Escrito el 10 de Junio de 2015-.

2 comentarios:

  1. Leyendo esto, me acorde de ti, un fuerte abrazo kaka.

    http://www.huffingtonpost.es/2015/06/10/deberes-profesor-verano_n_7554446.html?utm_hp_ref=spain

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  2. Gracias, Jordan, me halaga que algo tan bonito y original te recuerde a mí. Mándame tu e-mail, que no lo tengo, y así nos tenemos más a mano. Asante sana, kaka! Maisha anaendelea!

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