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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

lunes, 23 de junio de 2014

La paradoja de los grandes proyectos



Ya llevo nueve meses en Tanzania, y durante este tiempo he podido paladear que la vida puede ser totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados en nuestro mundo irreal, y eso es por supuesto un dato muy interesante para interpretar lo que hay a mi alrededor. Es una ventana abierta a nuevas posibilidades y consideraciones para cada circunstancia, emoción, apetencia... que viva a partir de ahora. Tiene el valor de la sabiduría, y por tanto también la soledad que ésta siempre conlleva. Si se quiere ser sabio conviene entrenarse para poder soportar sentirse solo muchas veces; está claro que es más fácil compartir una estupidez que una agudeza, simplemente por razones cuantitativas.

No he pensado demasiado sobre qué voy a hacer después de mi estancia aquí, pero siento algunas palpitaciones que creo sé hacia dónde me van a conducir. Tengo mucha curiosidad por saber más de mí mismo, y me apetecería hacer espeleología en la cueva de mi cerebro. Creo que puede ser un ejercicio apasionante, y no lo digo con presunción, sino con pura curiosidad. Me daría igual saber sobre cualquier otra persona, pero me resulta más cómodo aprender sobre mí mismo simplemente porque me pilla más cerca.

Me da vueltas por la cabeza pasar una temporada en la India, o en el Tibet, ¡qué sé yo dónde! con la intención de integrarme en otro paisaje de ideas y de gente y aprender lo más posible in situ sobre la meditación y los efectos que ésta puede tener en la psique. Creo que somos casi todos unos analfabetos sobre la influencia que de verdad y de manera controlada podemos tener sobre nosotros mismos, y pienso que el camino de la meditación puede ser una forma de entrar en la cueva que me muestre grutas maravillosas y estancias inimaginables donde las estalactitas hagan el amor con las estalacmitas. Ir al centro de la Tierra puede tener sentido para interpretar la estratrosfera. Curiosas paradojas de los grandes proyectos.

Imagino, por ejemplo, poder controlar un insulto como quien toma una curva muy abierta, tranquilamente, girando con dulzura para cambiar el rumbo de las percepciones y las ideas; poder pedir perdón sin tener la sensación de que se gastan ahorros emocionales; poder comunicarse sin la necesidad del agradecimiento o el halago ajenos; utilizar todo lo que se sabe para buscar siempre la comprensión, positivizarse, ser lo que se quiere ser sin que duela nada, aceptando el fracaso con naturalidad como quien acepta una corriente de viento al doblar una esquina; pasearme con los miedos en cueros.

Imagino que me convierto en luz y que me curvo en el espacio-tiempo emocional en las proximidades de un agujero de gusano que conduce a un pantano de gratitud en el que pueda disolver mi ego, esa piedra en el zapato que tenemos todos y que nos impide viajar con comodidad a lo largo de un itinerario -la vida- en el que el concepto de individualidad es en realidad una estupidez, ya que todo tiene que ver con todo. 

Este tipo de cosas me llaman la atención y me gustaría cultivarme en ellas. Todo muy místico así dicho, pero muy claro, práctico y tangible a la vez. Herramientas intangibles para tratar con todo lo tangible; otra vez la curiosa paradoja de los grandes proyectos. 

3 comentarios:

  1. Te acompoño de excursión espeleologica al centro PSIQUE, ya me ayudarás con los planos para practicar mucho y enccontrar siempre salidas. Abrazo

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  2. Yo también me apunto!

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