Lo siento señor Saavedra, pero no puede usted dar clases de español en nuestra organización porque no tiene ningún título de didáctica. Sabemos de su valía, pero las
normas son las normas. Siga con sus librillos, esos que dice usted que escribe. Con un poco de suerte igual alguno resulta casi tan leído y traducido como la Biblia.
¿Cómo ha dicho que se apellida, Albert? Ah, eso es, sí,
Einstein, aquí lo tengo. Vaya, sintiéndolo mucho, no va a poder ser, caballero.
Su experiencia timbrando documentos en la oficina de patentes no le faculta para
trabajar en nuestro laboratorio de investigación óptica. Necesitamos gente con
formación y preparada específicamente. Buena suerte con sus interesantes
pensamientos, y espero que con ellos cambie la historia de la humanidad.
Imposible, señor. Para lo que usted se
propone se requiere una persona con mucho
carácter, dura, que sepa mandar, que se imponga y que se haga respetar no sólo
en el país sino internacionalmente, y para eso son necesarias unas formas, una
personalidad y sobre todo un aspecto físico de los que usted carece. Además, no dispone de título universitario especializado en mover masas y
liderar movimientos independentistas, ni se ha sacado el máster en pasar a la historia como un mahatma y, por si fuera poco, su indumentaria tampoco acompaña nada. Señor Mohandas Karamchand, dedíquese a hilar
lungis, que parece que no se le da mal eso de manejar la rueca medio desnudo, y olvídese de pasar a otra historia que no sea la de su barrio.
¿Michael qué? ¿Faraday? ¿Y qué experiencia tiene usted? Vaya,
así que ha trabajado durante siete años como encuadernador de libros,
¿eh? Bueno, pues le auguro un gran futuro en ese sector, pero lamento decirle que sin formación académica sistematizada, esto de la ciencia le queda grande. Que le vaya bien; ojalá invente usted el
motor eléctrico, el generador eléctrico, el mechero Bunsen y la galvanización,
y ojalá también descubra la inducción electromagnética, el benceno, la forma de
los campos magnéticos, y también las nano-partículas metálicas. En fin, feliz
encuadernación.
Gregor Mendel, vaya, vaya, vaya… Bueno, pues mire usted, señor Mendel, tengo aquí su solicitud, pero no creo que el suyo sea un perfil apto para este puesto. Tenga en cuenta
que la genética es una disciplina muy complicada y no creo que tenga el nivel necesario para colaborar con nosotros. Además, no entiendo muy bien la letra de esos papelotes que me ha traído. Le recomiendo que disfrute de su vida monacal
y que no se preocupe por estos asuntos tan complejos, que le van a dar mucho
dolor de cabeza. Espero, eso sí, que sus investigaciones de carácter amateur
sean ignoradas durante un par de décadas y que después sean consideradas
la base fundamental para lo que en el futuro se sepa sobre el ADN y la
herencia. Vaya usted con Dios, Padre Genética.
Pues eso, que en un lugar que anhelaba y ya no anhelo me han dicho que no puedo trabajar porque no tengo no sé qué mierda de máster. Se me ha revuelvo el ego y he
vomitado. Lo siento por el mal olor a presunción, pero conociéndome -no como otros- no he podido evitar darme el trabajo, en honor al que me han negado, de recordar a algunos grandes indocumentados de la historia de la humanidad a los que tampoco habrían aceptado, también por falta de títulos.
Un abrazo muy largo, ojos bonitos : )
ResponderEliminarEsas actitudes típicas de algunos "Humanos" que llevan el nombre solo... como título...Pero... todo sencillamente ES...
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