Buscar la riqueza económica es seguir el camino marcado por una flecha que atraviesa a los demás convirtiéndolos en beneficio, sin embargo, acercarse a la pobreza para estar con los "de más" es una flecha que te atraviesa a ti mismo convirtiéndote en benéfico.
"Lo mejor de viajar es que uno se hace solidario de los otros, porque cuando viajas la gente te ayuda, y aprendes que debes ayudar a los extranjeros que vienen a tu país. Los que no viajan tienen la cabeza cerrada y el corazón seco. Pueden ser más ricos, pero son más egoístas y menos inteligentes".
(Javier Reverte en Vagabundo en África).
Viajar solo es convertirse en un punto por el que pueden pasar infinitas rectas. Viajar en pareja o en grupo se puede parecer más a convertirse en un círculo cerrado que cambia de lugar con una improductiva impermeabilidad, como viajeros plastificados.
La serenidad es el resultado de hallar la media aritmética emocional entre las luces más altas y los pozos más oscuros del propio yo. No hay serenidad verdadera si no se está de vuelta de estos viajes extremos. La del que no ha viajado en vertical no es serenidad, es inmovilidad.