En la autopercibida kilimanjárica ascensión de mi razón a la cima de la nada, el ateísmo me ha parecido siempre lo más coherente. Sin embargo, ahora que he descendido me he dado cuenta de que la coherencia no tiene por qué regir mis pareceres, así que he dejado de declararme ateo porque tanto el ateísmo como el teísmo son la misma cosa en la medida en la que hacen alusión a una polaridad.
Dios es, pero no puede ser esto o lo otro. Dios, por tanto, no puede tener nada que ver con este mundo. No lo ha creado ni puede estar en todas partes porque el concepto mismo de “parte” le es ajeno. Todo lo ajeno a Dios es irreal, e irreal es por tanto todo lo que piensas y crees ver. Él mismo lo dijo desde su inexistencia: "Mi reino no es de este mundo" es una directísima pista para que no lo busquemos donde no podemos encontrarlo. Dios vino aquí para decirnos que no está aquí. ¿Acaso se puede ser más claroscuro?
La respuesta a la pregunta de si Dios existe es tan incorrecta cuando se responde "sí" como cuando se responde "no" porque ambas conceptualizan y afirman o niegan una idea parcial que Aquello a lo que apuntan no puede ser ni entender. La respuesta correcta a esa pregunta capciosa es un estado mental en el que la pregunta misma se disuelve en la imposibilidad de ser formulada. Y no son los libros ni los porteadores de la razón los que te llevarán "allí".
OMG, Jose, qué rallada!! jajajaja Pero te entiendo. Para mí Dios es el todo, una energía tan pura y poderosa que no podemos ni imaginar desde la 3D ni sentir físicamente porque estallaríamos.
ResponderEliminarLa única puerta para tocar el dedo del Creador es el amor y la compasión. Quizás por eso pasan todas esas cosas chungas en el mundo, para desbloquear esa incapacidad en nuestro interior. Para obligarnos o impulsarnos a amar y entonces todo cambia instantáneamente.