Mi foto
No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

sábado, 8 de abril de 2017

Abuelo cuántico


Si el abuelo átomo pudiera hablar diría cosas tan increíbles que nos quedaríamos sentados con la boca abierta escuchándole durante tanto tiempo que el tiempo dejaría de existir. Nos contaría que en su mundo, el de la física cuántica, es posible estar en varios sitios a la vez, y ser y no ser a la vez. Nos diría que aquello de “ser o no ser” no es la cuestión, sino que ni siquiera es una cuestión. 

De hecho, en ese mundo, el cuántico, no hay cuestiones porque las preguntas que se hacen tienen como respuesta sí y no y todo lo contrario. 

En el planeta cuántico no se va de un sitio a otro, sino que se está en un sito y en otro al mismo tiempo. En ese planeta las carreteras son ya el lugar al que se quiere ir, y los lugares son carreteras que llevan a todas parte y a ninguna.

Si el abuelo átomo pudiera hablar nos diría cosas que no entenderíamos, y al lamentarnos por no entenderlas nos alegraríamos de no haberlas entendido, aunque sólo fuéramos capaces de alegrarnos con lo que entendemos.

El abuelo átomo nos diría que sólo nos contaría historias de su mundo si le escuchamos, y cuando le escucháramos para que nos las contara nos diría en silencio que el cuento consiste en que lo que nos tiene que contar no podemos escucharlo.  

Si el abuelo cuántico pudiera hablar nos diría que no existimos aquí ni allá, ni antes ni ahora, sino en todas partes, en todo momento, nunca y en ningún sitio. 

Podemos no hacer caso del abuelo átomo, que seguramente tiene Alzheimer cuántico, pero lo cierto es que su historia merece la pena ser escuchada para no ser entendida.  

La física cuántica es una reyerta amistosa en la que la propia física, las matemáticas, la química y la filosofía se insultan con un abrazo

- Escrito el 29 de marzo de 2014 - 

1 comentario:

  1. Cuántica razón tienes..., todas estas ciencias proporcionan una belleza fria y austera, sin la magnificiencia engañosa de la pintura o la música.
    Un amusical y a-artistico

    ResponderEliminar