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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

jueves, 20 de abril de 2017

Zumbido


Imagino una olla de chocolate hirviendo y pienso… la próxima burbuja… ¿dónde aparecerá, y por qué ahí, entonces, y no más tarde o antes y en otro lugar?

Lanzo un puñado de arena a los ojos del viento y me pregunto… los granos… ¿cuántos serán y qué trayectorias seguirán?, ¿habrá algún grano en algún lugar que haya seguido antes esa trayectoria ya?

Arrojo una piedra al agua y juego a adivinar… las gotas… ¿hacia dónde salpicarán?, ¿cuántas olas se formarán, hasta dónde llegarán y cuándo desaparecerán?, ¿recordará el estanque la piedra que le acabo de tirar?

Inspiro y pienso… ese aire… ¿a qué alvéolos llegará, y por qué a esos y no a todos? Y el pulmón... ¿cuánto se hinchará?

Persigo una hoja planeadora y calculo… su trayectoria… ¿cuándo cambiará?, ¿hacia dónde, por qué y con qué velocidad?
Y esa hoja vapuleada… ¿dónde parará y qué gusano se la comerá? 

Me siento olla burbujeante, puño lanzando arena, alvéolo aireado, hoja viajera, gusano hastiado y estanque apedreado. Una horda de acúfenos conceptuales me secuestra y me encierra sin piedad en una jaula de neuronas condenándome a caer por el acantilado de la imposibilidad.

Quizás es que soy cascada, yo su agua y mi vida un caer;
quizás mi muerte un salpicar, y una ola mi trascender.

¿Es el orden un caos numerado?, ¿tengo límites?, ¿por qué no me puedo abarcar?, ¿cuántas gotas soy y qué estoy destinado a mojar?, ¿es el destino una forma de humedad?...

¡Basta!, no para el zumbido; la lógica y absurdidad -las dos en comandita- me van a destrozar.

- Escrito el 27 de febrero de 2015. 

1 comentario:

  1. Imagino una olla de chocolate hirviendo y pienso… la próxima burbuja… ¿dónde aparecerá, y por qué ahí, entonces, y no más tarde o antes y en otro lugar?
    Se te quemará el chocolate si no lo mueves y evitas sus pompas, baja el fuego

    Lanzo un puñado de arena a los ojos del viento y me pregunto… los granos… ¿cuántos serán y qué trayectorias seguirán? INFININT@S ¿habrá algún grano en algún lugar que haya seguido antes esa trayectoria ya? SI, EN UN Déjà vu

    Arrojo una piedra al agua y juego a adivinar… las gotas… ¿hacia dónde salpicarán? HACIA DELANTE, ¿cuántas olas se formarán, hasta dónde llegarán y cuándo desaparecerán?,IMAGINALAS ¿recordará el estanque la piedra que le acabo de tirar? EVIDENTEMENTE SI


    Inspiro y me respiro con el pensamiento… ese aire… ¿a qué alvéolos llegará, y por qué a ese pulmón y no al que a su lado está? HABRÁ GILIPOLLAS QUE SOLO DICEN QUE RESPIRAN CON EL PULMON DERECHO


    Persigo una hoja planeadora y calculo… su trayectoria… ¿cuándo cambiará? CUANDO UN PAJARO LA ATRAPE PARA LLEVARLA DE CAMA A SU NIDO, ¿hacia dónde, por qué y con qué velocidad?

    Tu vida crece con tu trascender, cada día estás más arriba.
    El destino no es humedo es seco y frio.

    FERNOSO HA VUELTO

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