Mi foto
No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

lunes, 19 de enero de 2015

Un par de alegatos de recámara


Contra la opinión indocumentada y gratuita:
¿Así que esa es tu opinión sobre mí, pequeño artrópodo? Y yo que te siento tan lejos te pregunto: ¿Qué saben las nieves perpetuas del núcleo de la Tierra? ¿Y las nubes de los fondos abisales? ¿Se han visto alguna vez las caras un cóndor y un pez dragón?
La opinión es una mariposa preciosa cuyo gusano es la pregunta y cuya crisálida es la reflexión. Opinar debería ser un privilegio de la razón, no una apetencia de la curiosidad. No conoces el abismo de mi pensamiento, un abismo que no podrías soportar. ¡Deja ya de morder mi paz con tus tísicos ladridos!

Contra el estado de las cosas: 
La propiedad es un rango, la riqueza se viste de virtud, la pasión por la verdad agoniza como un pelícano empapado de alquitrán, la falsedad es la vía más corta y loada para el éxito -que prostituye su significado en el mercado de lo fútil-, el sexo ha dejado su divino trono y ahora trabaja en un rastro vendiendo trapos rotos de colores desgastados, y los templos de los grandes valores sociales se sujetan sobre cariátides de alfeñique. ¿Que cómo va todo, me preguntas?

1 comentario:

  1. Algún gusano preguntón nunca debería salir de su capullo, pero es dificil detectarlos a primera vista. Algun de ellos se atreve a opinar del Sexo, adulterando su poder divino, mientras adulan el enranciamiento de su cortejo.

    ResponderEliminar