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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

domingo, 16 de febrero de 2014

Siesta tanzana


Siempre me ha gustado echarme la siesta. Después de comer me apetece tumbarme y quedarme traspuesto, y, si bien puedo echármela en cualquier sitio y no necesito demasiado acomodo físico para que me sea placentera, me gusta, eso sí, que sea un período en el que las preocupaciones y las ocupaciones se me vayan de la cabeza. Prefiero no pensar en nada. La sensación de ir perdiendo la consciencia y notar cómo me voy apagando me parece como planear. Me gusta esa anestesia autoinducida. 

Las que me echo últimamente son especiales: de cama, el suelo; de duración, un ratico; de postura, estilo libre; y de compañía, el jardín de infancia del colegio.

Decidimos que a los más pequeñitos les vendría bien descansar después de la comida, así que, dada mi experiencia y gusto por este tipo de gestiones -soy un gran sesteador- me ofrecí para supervisarles durante la media hora que duermen. 

Como me gusta involucrarme activamente en lo que hago, y más si se trata de descansar, yo me duermo también, así que me tiro en el suelo y ellos me rodean, también con postura estilo libre, hasta que formamos una especie de mosaico con una gran pieza blanca central y una veintena de piececillas negras alrededor. Parecemos una flor negra durmiente abierta. 

Cuando sueño, sueño con sus sueños, y cuando me despierto y me reubico mentalmente me doy cuenta de que estoy aquí para intentar que todos sean realizables. Yo no lo necesito porque ya vivo en uno. 

2 comentarios:

  1. jaja, ya te vale " me ofrecí " a supervisarles , se te ve sufrir en esta foto, jaja

    Y sí , perecéis una hermosa flor imperfecta ( el pistilo-moroto, está completamente reguardado por sus pétalos color café)

    Me he perdido algunas de tus entradas , me pongo al día en breve
    Besos , muchos !

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  2. ADORABLE, RABIOSAMENTE ENVIDIABLE

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