Es tan alternativo el mundo en el que ahora vivo con
respecto al mundo en el que vivía antes que no sé si este es un sueño de aquel
o si aquel es una pesadilla de este.
Digo sueño porque no acabo de convencerme de que sean reales
estos atardeceres solitarios en los que cada día acuesto mis ideas de colores,
ni de que sea verdad que utilizo el mismo vaso de plástico para beber,
enjuagarme, afeitarme y ducharme. Creo que debo estar soñando porque no me
explicaría si no que todos a mi alrededor sean negros y no hable sino una
legua bantú que antes de acostarme para empezar el sueño ni siquiera sabía que existía.
O quizás sea esta la realidad y lo único soñado sea la
pesadilla de que algún día estos atardeceres circulares multicolor se
transformen en una habitación con vistas a un semáforo, el vaso de plástico en conversaciones de plástico que no concluyan en nada plástico, y los negros y
la lengua de la selva con la que habla la naturaleza pasen a ser ectoplasmas
transparentes con maletín que negocian en una lengua oscura cómo repartirse la
deforestación de un bosque de árboles que nacen en el cielo para construir muebles en los
que encerrar pensamientos libres.
¿Qué es real? ¿Qué es onírico? ¿Sueño o soy el sueño de
alguien?
Llevo tiempo sin entran en tu blog. En este instante entro; te leo , te veo y ... sonrio ( gracias por seguir por aqui haciendo que disfrutemos ), donde quedaron tus texturizados de flequillo : ) : )
ResponderEliminarJose me sigue conmoviendo leerte , mil besos ojos bonitos
Moro,
ResponderEliminarTan real como onírico, ahí está la grandeza de lo que estás viviendo.
Abrazo
Bueno, yo creo que también puedes encontrar atardeceres aquí, en este otro mundo, en la espalda de alguien, por ejemplo, o en una tarea cotidiana que te enorgullezca porque hace este mundo más hermoso o más justo y que haga que tu vaso de plástico no sean palabras, sino un presente continuo con sabor a dulce de leche, o de vida.
ResponderEliminarNo todos son ciudades con semáforos...
El ser humano, con sus tres cerebros: el visceral (que compartimos con todos los animales), el emocional (que solo tenemos los mamíferos) y el racional (prácticamente exclusivo de nuestra especie), es capaz de decidir el tipo de vida que no desea. El problema sucede cuando estamos encerrados en nosotros mismos y no dejamos que pase nada.
Recuerdo, con muchísima emoción, un día en el que delante de mucha gente dijiste que habías aprendido, a través de la solidaridad, de darte. Que somos una ventana que puede estar abierta o cerrada. Afirmaste (yo ahí ya tenía las lágrimas al borde del precipicio) que tú la estabas dejando de par en par porque de esa forma, no sólo dejabas que saliera lo mejor o peor de ti mismo sino que permitías que entrara la lluvia de los demás. Ese momento no lo voy a olvidar porque sé que fui testigo de un cambio necesario en ti que luego te llevaría al lugar en el que estás ahora en el que, independientemente de quienes te rodean, estás contigo mismo.
Por mi parte pienso que irse lejos es maravilloso para salirse del círculo, pero volver y saber que tú ya eres un mundo o un ente por ti solo capaz de generar paraísos a tu alcance, es también una opción muy grande.
Y yo creo que tú eres capaz de conseguir, a estas alturas de tu corazón y tu piel, un mundo a tu medida, independientemente del espacio que ocupes (fíjate que no he dicho lugar...).
Un abrazo de doler, querido amigo, al que siempre tenemos aquí.
Te hizo mucho daño el piso de la calle embajadores y ese tan mal puesto semaforo en cuesta, donde los camiones desgañitaban su embrague para despertarte.
ResponderEliminarPienso en suajili, vive en presente.
Abrazo hidalgo!
Pd: Puta calle embajadores