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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Soledad ideológica


Con lo que hasta ahora ha pasado en la historia de la humanidad me vale y me sobra para tener pistas suficientes sobre cómo es el ser humano. Todo lo que este bípedo ramplón haga, piense o diga a partir de ahora estará ya escrito en el pasado, y aunque siempre cabe la posibilidad de que por alguna puerta entornada de las circunstancias entre algún soplo de originalidad, no espero gran cosa de este gibón engreído que inventa y agarra verdades inconcusas con el garfio de sus complejos.

Se me pasa muy rápido el tiempo en occidente, y lo agradezco porque allende emotivos reencuentros con gente que es importante para mí, cuando levanto la mirada vuelvo a ver lo que tanta repulsa me ha venido generando en mis últimos tiempos; nada nuevo en realidad: se premian la vulgaridad, el oportunismo, la frivolidad, la apariencia… Sólo veo bustos dedicados a la insustancialidad.

Hay gente que me da más soledad que la soledad misma y cuando les escucho exponer sus ideas -su forma y su fondo- siento un frío paralizante que se me aloja en las tripas; es como que se me congelaran las ganas de aprender, como que una gigantesca roca picuda con forma de frase se me atragantara y me impidiera respirar: "¿para qué continuar aprendiendo en vista de lo que hay ahí fuera?"- me pregunto a veces-. La soledad viene siempre acompañada de la esperanza de dejar de serlo, pero la compañía de gente que asola no deja lugar a esperanza alguna, es la confirmación del fin, la muerte de las ideas que no se pueden compartir, un anestésico para la pasión.

Declaro que mi reino tampoco es de este mundo; quizás sea el de cada uno de nosotros individualmente, pero desde luego no es el de todos grupalmente, y afirmo que aspiro a ser quemado en alguna hoguera, como Giordano Bruno, pues a nada más excelso puede aspirar alguien condicional e inconformista. Las dudas, columna vertebral del pensamiento libre, se ven hoy en día como inseguridades con tufo a herejía social que además le hacen a uno pasar por prepotente y desubicado. “Eres trigo demasiado limpio” –me espetó la mirada de reojo- y mirando al frente me ignoró.

Dije que me interesaba el ser humano, y por eso hago lo que hago -y sobre todo por eso ya no hago lo que hacía- pero nadie me garantizó que lo que descubriera fuera a ser siempre bonito. Encuentro consuelo y motivación en que me faltan varios miles de millones de personas por conocer, y sé que es posible que el entusiasmo que cada una de ellas pueda generar en mí quizás me dé más vida que la que yo mismo pueda llegar a albergar, pero no soy nada optimista más allá de la individualidad. El grupo hace siglos que hace aguas en un mar de impostadas certezas. El que no quiera morir de sed entre los hombres ha de saber beber de todos los vasos.

3 comentarios:

  1. Nuestro resumen después de ese té : aislarse los suficiente como para ser consciente de que, efectivamente, nos esperan miles de personas maravillosas a las que vivir.
    Eso lo aprendí de mi madre y me encanta compartirlo contigo ahora en este post. Voy a incluir la meditación, que me tiene enganchada, por cierto; menudo regalazo que me has hecho.
    Por mi parte dejé de juzgar a las personas, ahora solo me acerco a las que me hacen feliz y eso no depende a veces de ellas sino de mí misma y de lo que puedo aprender de su cerebro-cuerpo-alma. Si no funciona ese trío, digamos que no me atraen.
    Magnífico post, amigo. Te sienta bien la vuelta.

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  2. Leyéndolo esté post, se me ocurrido un absurdo ejercicio para transmitirte una idea. Sólo tienes que contestarte a ti mismo estas dos preguntas y leer después:
    Cómo te encuentras entre perros?
    Cómo te encuentras entre niños?
    El perro en un animal con una inteligencia muy inferior a la nuestra, a la tuya.
    El Niño, es un ser con una inteligencia potencial por desarrollar.
    Hay muchas personas cuya capacidad intelectual es muy inferior a la de otros, sencillamente porque les ha tocado en suerte no dar más de sí y nacieron con escasa inteligencia, y otras muchas que por las circunstancias de su vida, no pudieron desarrollarla a través de la cultura o el pensamiento, dejando su inteligencia útil para muchas cosas pero estéril para poder elaborar o desarrollar ideas complejas. Tiene sentido sentirse solo y apesadumbrarse porque un perro no entiende de ecuaciones? Tiene sentido esforzarse en explicárselo? Discutimos con un perro? Tiene sentido apesadumbrarse porque un niño de 12 no entiende las matemáticas de una ingeniería superior?
    Desde mi punto de vista, hay que mirar a estas personas con la misma ternura y condescendencia que a un perro o a un niño, siendo conscientes de que lo son, y lo que somos nosotros respecto a ellos. No podemos intentar convencer al perro de nada, o nos frustraremos, y si tenemos ganas podemos mostrar ideas nuevas al niño, pero sabiendo que jugamos en otra liga y siempre mirar su esencia personal porque muchas de ellas también pueden ofrecernos infinitas cosas buenas, un perro te puede hacer una maravillosa paella con mucho amor, un niño te puede hacer reír y mejorar tu humor, se me ocurren un millón de ejemplos. Me gusta asomarme a la esencia personal y si es buena, la escasez de sus recursos no me molesta y disfruto de lo bueno que me puedan ofrecer, reservando mi descontento para las malas personas, inteligentes o necias. Vivir con sensación de soledad agarrado a la esperanza de encontrar gente afín de pensamiento entre las miles de personas que te esperan debe ser desolador. Yo te invito a sigas siempre con esa búsqueda, es muy interesante a disfrutes de buenos compañeros de conversación, pero disfrutando desde ya de la estulticia en su mejor versión. Tu capacidad de dar amor y lo que vas recibir crecerá de forma exponencial, tu pesar será mucho menor y serás más feliz. Sólo veo ventajas... Prueba!

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  3. Yo huyo en general de los que son "cenizos en vida", para mí son las sangüijuelas de ilusión y de las garrapatas que se aferran a las personas alegres. Aludiendo al comentario anterior afirmo rotundamente que los perros y los niños son siempre hilos conductores de energía positiva, áquel que no lo presiente se acerca a ser cenizo...huye del gris!

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