He venido a destruirme,
como se destruye una mirada en un rostro hermoso;
y lo voy a gritar,
como grita el hielo en el agua o la sal en el fuego;
y lo voy a contar,
como cuenta el viento el olor de azahar;
y me vas a entender,
como entiende el cachorro que el pezón es su maná;
y me iré,
y volveré,
y te miraré,
y me destruiré,
porque no hay medida que mida un mirar,
ni grito que apague una verdad,
ni aire que que no muera en viento,
ni vida que no sepa que allá de donde viene
volverá.
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