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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

domingo, 5 de mayo de 2013

Se está moviendo



Personalidad: proceso constante y dinámico de desarrollo y perfeccionamiento del propio yo o persona.

Me aprendí de memoria esa definición hace ya mucho tiempo; venía en el libro de Filosofía de 3º de BUP, y me acuerdo de ella cada vez que participo en alguna conversación o escucho o leo algo en que aparece la palabra.

He notado que casi siempre se habla de la personalidad como algo estático, cuando en realidad no hay nada más dinámico; está en permanente cambio. En general pensamos en nuestra propia personalidad como una cosa que es, y que tiene aspectos buenos y malos, y lo reconocemos, pero ahí nos quedamos, como que ser como es fuera lo que tiene que ser. Yo soy así, decimos.

Y no nos falta razón, faltaría más, pero convendría que sobre nuestra personalidad nos preguntáramos no cómo es, sino cómo está, ¿qué tal le va? ¿progresa adecuadamente?
No hacerlo sería algo así como que nos pareciera bien y suficiente que el boletín de notas que el niño trajera de la escuela rezara “su hijo es como es”. Y ya está. Se firma y punto. 

En lo que a la consideración de nosotros mismos respecta tendemos a conformarnos con ser lo que somos, y el ejercicio de existir lo vemos como una tarea que va más con la aceptación de uno mismo que con la prospección o exploración de posibilidades futuras.

La personalidad se mueve, está viva, su ser es su cambiar, es una ola deshaciéndose en espuma rompiendo contra el presente continuo, y no se le pueden hacer fotos ni meterla en un joyero. 

Cada uno que haga con ella lo que quiera, o lo que pueda, pero merece al menos que se hable de ella y se la considere como lo que es, no como un cuadro terminado y firmado. 

2 comentarios:

  1. Me parece muy mal... un veleta es un veleta!!!! Hay que tener principios!!

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    Respuestas
    1. ¡Qué buena réplica!
      Pero bueno, más allá de que es muy ocurrente, y de que me ha hecho reír (qué más se puede pedir) mi explicación sería que los principios se llaman así porque están al principio, no porque representen el sitio en el que haya que quedarse.
      Bien por la veleta, pero que sea una veleta con ruedas, para que le soplen todos los vientos.
      Gracias por la aportación.
      Moroto.

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