Salta al oído, zumba a la vista:
el gran filón de metáforas,
el postre cantor,
el pentagrama de sabores,
la mina de diamantes del lenguaje creativo,
la alfombra mágica de los discursos,
el esqueleto del pájaro transparente de vuelo irregular,
la silla al borde de tus ojos para ver en primera fila las imágenes entrar,
el caldero para cocinar francachelas y cuchipandas de poetas
que navegan con brújula sin imán.
¿A qué sabe un triángulo?, ¿cómo suenan los colores?
¡Que calle el tacto, que las miradas van a hablar!
¡Sinestesia, dirán!:
arco iris para escuchar, aroma para colorear, horizonte para acariciar.
El ululato sensorial que demuestra que al final la poesía era verdad.
Poesia real con escritura balsámica para el alma
ResponderEliminar