El rayo de luz se ha
perdido, pero no porque se aleje, ni sepa dónde está ni hacia donde se dirige,
sino porque se ha olvidado de que es el Sol mismo. ¿Acaso no es Sol el rayo,
mar el agua o aliento el aire?
¿Alguien quiere saber lo que es? Yo se lo diré: Un perro que se
convierte en lata, una semilla estéril que promete árboles, un hombre que desaprende, una fundición de entornos, una libreta voladora, cenicero vegetal,
autonomía entreverada, miedo cerval, lástima piramidal, ocio desubicado, milonga sin
cerradura, libro en barbecho, cáliz sucio, chapa encelofanada, plátano ayunado y
vomitona epistolar. Eres locura y cordura, eres tu mente y una señora rubia,
arado y fecundidad, didáctica, manzanas y un prototipo de bigote sideral. Y también eres lo que no entiendes, aunque la explicación sea una uña mojada. Rendirse no es aceptar que pierdes, es aceptar lo que no puede
cambiarse.
¿No?
¿No?
Te quiero hermano.
ResponderEliminarTambién yo te quiero primo.
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