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No tenía fuerzas para rendirme, así que decidí emprender activamente una búsqueda eidética, es decir, de lo esencial. Pensé que el cambio que afrontaba merecía un decorado literario, y de ahí el blog. En él reflejo pensamientos, reflexiones y emociones que he vivido durante mi estancia en Tanzania enseñando inglés y suajili a niños de preescolar en un colegio rural de la organización Born To Learn, en India como profesor de francés para la Professional School of Foreign Languages de la Fundación Vicente Ferrer, y actualmente en Malí cooperando con CONEMUND en proyectos de seguridad alimentaria y equidad de género. Mi objetivo cabe en una palabra: Compartir.

domingo, 7 de abril de 2013

Las zonas




Os presento otra perla que me he encontrado y que no puedo dejar de compartir. Ideal para motivar o para confirmar motivaciones, y válida para todos porque no me creo que haya alguien que nunca haya soñado aunque sólo fuera soñar que soñaba.

Y curiosamente es ejercicio de valientes, porque aunque lo primero que asociamos a un sueño es una huida de la realidad, lo que estamos haciendo es crear otra, es decir, que más que huida -que de aquí no se escapa físicamente nadie- construimos una estancia diferente que quizás algún día ocuparemos realmente. No se trata por tanto de escapar, sino de tener más sitios en los que poder estar, y así como el horizonte (skyline en inglés, “línea del cielo”, término que me gusta más, porque me facilita la explicación de lo que a continuación quiero decir) es inalcanzable, ya que por ser la tierra redonda cuanto más nos acercamos a él, en la misma medida se aleja, así también soñar hace que se nos mueva algo dentro, y aunque el sueño quede igual de lejos que al principio -igual que la línea del cielo, que no cambia- sólo pensar en ello ya nos ha movido, a veces el ánimo, a veces físicamente del sitio, y a veces hasta su consecución, dando lugar entonces a un sueño cumplido, a algo mágico.

Este ejercicio agranda en cualquier caso nuestra zona de confort, una de esas que dan título a este texto. Zona de aprendizaje y zona de pánico, o mágica, según el cristal de valentía a través del cual se mire, son las otras cuya naturaleza se explica en este vídeo, que constituye la perla de la que os hablo. Es delicioso; que os aproveche:


Por lo visto la zona de confort crece cuando se sueña, pero, ¡ojo!, que lo que no dice es que merma si no se sueña. 

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