El sujeto A le hace unas cuantas preguntas al sujeto B, y éste responde. Con este interrogatorio, el sujeto A pretende conocer el perfil del sujeto B.
Estas podrían ser las averiguaciones de A sobre B:
- ¿Cómo te llamas, dónde y cuándo naciste, y cómo se llaman tus
padres?
- ¿A qué colegio fuiste, y qué títulos académicos tienes?
- ¿Tienes casa? ¿Dónde está y cuánto te costó? ¿Cuánto dinero ganas
y cuánto debes?
- ¿Eres heterosexual, homosexual, bisexual o asexual? ¿Tienes
hijos?
- ¿Votas? ¿A quién?
- ¿Te sale a devolver la declaración de la renta?
- ¿Tienes algún seguro de vida?
- ¿Qué idiomas hablas?
Con éstas y quizás alguna pregunta más, el sujeto A
sabe todo o casi todo sobre el sujeto B. Sin embargo, la persona A no tiene ni
idea de quién es la persona B.
Nuestra civilización de papel moneda y de ideas falsas nos angustia como una noche vacía. Antes de la invención de la palabra, hombres, animales, bestias y plantas hablaban la misma lengua silenciosa, simple y clara. Pero un día el hombre decidió inventar para él solo lenguas como el español, el francés, el alemán… lenguas nuevas y por tanto incomprensibles para los animales y las plantas, y en la mayor parte de las veces para él mismo. Automáticamente se encontró solo, excluido de la armonía universal.
A través de estas lenguas y de su uso tabulado, el hombre
se ha convertido en el más solitario de los seres del mundo, ya que se ha
excluido a sí mismo del silencio.
El texto introductorio está escrito en la lengua con la que normalmente me desentiendo; el resto -la parte que deja poso- es una adaptación de un escrito de
J.M.G Le Clézio.
magnífica entrada. Totalmente de acuerdo
ResponderEliminarCreo que te he desentendido.
ResponderEliminarOtra entrada acompañada de un buen charly puede tener una perspectiva bizca adecuada para un día de esguinces cerebrales...
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