Me das pena, ganador. No estás en un podio, iluso
desequilibrado, se llama péndulo. ¿Escuchas ese ruido? No es la masa aclamándote,
es tu ego atragantándose. ¿Cómo crees que vas a digerir esto que llamas
victoria si no tienes intestino? Marcará tu reloj de péndola el momento en que
vuelva el invierno asesinando flores a tu jardín, y volverás a creer que es ganar lo que en
realidad no es más que no perder.
¿Otra vez celebrando que volverás a caer? Señor bucle, enhorabuena por volver a empezar a descender. ¿No te cansas de
tanta amnesia? ¿De verdad te gusta sembrar nostalgias de la nada en un álbum de
fotos retocadas? ¿Crees que te reconocerás, ectoplasma laureado?
Cariátide de sentidos, ¿qué templo pretendes soportar, si el
peso que sientes es el de la vacuidad? ¡Olvídate!, no puedes controlar las correas de tu éxito de
polea. Nunca entenderás que ganar es no participar. El verdadero afán de
superación es el del abandono.
Ganador, apologeta del absurdo, criador de columpios, niñato por
educar, no hay centrum en tu mundo de amorfa simetría. Ven, cuando te canses del vaivén, y empezaremos a conquistar de verdad.
meencanta...
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